Raíces agustinianas de León XIV
Fray Miguel Miró OAR
A lo largo de la vida hay experiencias y vivencias religiosas arraigadas que siguen latentes y que emergen con renovada vitalidad al volver al corazón y encontrarnos con Cristo, el Maestro interior. También en la Iglesia surge la belleza y la vitalidad “siempre antigua y siempre nueva” de Jesús, el Señor, que se manifiesta en la diversidad de dones y carismas que el Espíritu inspira a través de los tiempos. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (EG 1). Nos recuerda san Agustín: “En invierno, la raíz está viva, las hojas parecen secas. En la raíz está viva la sabia; en la raíz están también las hojas de los árboles; en la raíz están también los frutos» (1Jn tr. 5,10).
La búsqueda de Dios, el camino de la interioridad y el encuentro, la unidad en el amor y la reflexión teológica de san Agustín han influido en la espiritualidad, entendida esta como vida en Cristo y vida según el Espíritu. Recordemos que en el año 2008 el papa Benedicto XVI confesaba: “San Agustín sigue realmente vivo en sus escritos, está presente en nosotros y de este modo vemos también la permanente vitalidad de la fe por la que dio toda su vida. Yo estoy unido de modo especial a algunas figuras de santos, entre estas, está san Agustín, a quien tuve el gran don de conocer de cerca, por decirlo así, a través del estudio y la oración, y que se ha convertido en un buen «compañero de viaje» en mi vida y en mi ministerio” (Audiencia, 20.02.2008).
También el papa Francisco en su magisterio recurría con frecuencia a expresiones de san Agustín. A los agustinos les dijo en su último capítulo general: “Vosotros, agustinos, habéis sido llamados a dar testimonio de esa caridad cálida, viva, visible, contagiosa de la Iglesia, a través de una vida comunitaria que manifiesta claramente la presencia del Resucitado y de su Espíritu. La unidad en la caridad ―como bien explican también vuestras Constituciones― es un punto central en la experiencia y espiritualidad de san Agustín y un fundamento de toda la vida agustiniana” (13.09.2019).
El Espíritu Santo siempre es sorprendente y suele actuar a través de personas de este mundo y de situaciones humanas, muy humanas. En la elección de un nuevo Papa, el Espíritu infunde su luz y enciende los corazones más allá del discernimiento y elección de los cardenales reunidos en el cónclave. Influyen las oraciones sencillas del pueblo de Dios e incluso los rumores difundidos por los medios de comunicación.
El agustino Robert Prevost ha sido elegido Papa, hoy es León XIV. Es conocida su biografía. Respondió a la “llamada” del Señor y profesó en la Orden de San Agustín; fue misionero en Perú, prior general de la Orden y Obispo de Chiclayo (Perú). El papa Francisco lo nombró Prefecto para el Dicasterio de los Obispos y lo constituyó Cardenal.
Por su estilo de vida y por sus referencias espirituales, la vida y el carisma de san Agustín están arraigados en su espiritualidad y han influido en su proceso formativo, en su vida comunitaria y en su servicio a la Iglesia.
En tres momentos significativos, al comienzo de su pontificado, León XIV se ha referido expresamente a san Agustín: En su primer saludo, el 8 de mayo de 2025, antes de la bendición Urbi et Orbi, decía: “Soy agustino, un hijo de san Agustín, que ha dicho: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo» (s. 340,1). En este sentido podemos caminar todos juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado”. Un segundo momento, diez días después, en el inicio del ministerio petrino afirmaba: “Les saludo a todos con el corazón lleno de gratitud, al inicio del ministerio que me ha sido confiado«.
Escribía san Agustín: «Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (Confesiones, 1,1.1)”. Y el tercer momento, fue el 25 de mayo al dirigirse al pueblo de Roma, cuando reiteraba su disposición y servicio: “Expreso el deseo y el compromiso de entrar en este vasto proyecto poniéndome, en la medida de lo posible, a la escucha de todos, para aprender, comprender y decidir juntos: «cristiano con ustedes y Obispo para ustedes», como decía san Agustín”.
En este blog deseo compartir algunos rasgos evangélicos de la espiritualidad agustiniana para que pongamos en el Señor nuestra esperanza y nos animemos mutuamente a caminar unidos al papa León en su servicio a la Iglesia y en la construcción de la paz.
*Si deseas profundizar en este tema te invitamos a conocer nuestros libros sobre León XIV
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Português:
Raízes agostinianas de Leão XIV
Frei Miguel Miró OAR
Ao longo da vida, há experiências e vivências religiosas enraizadas que permanecem latentes e que emergem com vitalidade renovada ao voltarmos ao coração e nos encontrarmos com Cristo, o Mestre interior. Também na Igreja surge a beleza e a vitalidade “sempre antiga e sempre nova” de Jesus, o Senhor, que se manifesta na diversidade de dons e carismas que o Espírito inspira ao longo dos tempos. “A alegria do Evangelho enche o coração e a vida inteira daqueles que se encontram com Jesus” (EG 1). São João nos recorda: “No inverno, a raiz está viva, as folhas parecem secas. Na raiz está viva a seiva; na raiz estão também as folhas das árvores; na raiz estão também os frutos” (1Jo tr. 5,10).
A busca de Deus, o caminho da interioridade e do encontro, a unidade no amor e a reflexão teológica de Santo Agostinho influenciaram profundamente a espiritualidade — entendida como vida em Cristo e vida segundo o Espírito. Recordemos que, no ano de 2008, o Papa Bento XVI confessava:
“Santo Agostinho continua realmente vivo em seus escritos, está presente entre nós e, assim, vemos também a vitalidade permanente da fé pela qual ele deu toda a sua vida. Eu me sinto particularmente unido a algumas figuras de santos, entre elas, está Santo Agostinho, a quem tive o grande dom de conhecer de perto, por assim dizer, através do estudo e da oração, e que se tornou um bom ‘companheiro de viagem’ em minha vida e em meu ministério” (Audiência, 20.02.2008).
Também o Papa Francisco recorre com frequência, em seu magistério, às expressões de Santo Agostinho. Aos agostinianos, disse em seu último capítulo geral:
“Vocês, agostinianos, foram chamados a dar testemunho dessa caridade calorosa, viva, visível, contagiante da Igreja, por meio de uma vida comunitária que manifeste claramente a presença do Ressuscitado e do seu Espírito. A unidade na caridade ― como também explicam bem as vossas Constituições ― é um ponto central na experiência e na espiritualidade de Santo Agostinho, e um fundamento de toda a vida agostiniana” (13.09.2019).
O Espírito Santo é sempre surpreendente e costuma agir por meio de pessoas deste mundo e de situações humanas, muito humanas. Na eleição de um novo Papa, o Espírito infunde sua luz e inflama os corações para além do discernimento e da escolha feita pelos cardeais reunidos no conclave. Influenciam também as orações simples do povo de Deus e até mesmo os rumores divulgados pelos meios de comunicação.
O agostiniano Robert Prevost foi eleito Papa. Hoje é Leão XIV. Sua biografia é conhecida. Respondeu ao chamado do Senhor e professou na Ordem de Santo Agostinho; foi missionário no Peru, prior geral da Ordem e bispo de Chiclayo (Peru). O Papa Francisco o nomeou Prefeito do Dicastério para os Bispos e o criou Cardeal.
Por seu estilo de vida e por suas referências espirituais, a vida e o carisma de Santo Agostinho estão profundamente enraizados em sua espiritualidade e influenciaram seu processo formativo, sua vida comunitária e seu serviço à Igreja.
Em três momentos significativos, no início de seu pontificado, Leão XIV referiu-se expressamente a Santo Agostinho:
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No primeiro cumprimento, em 8 de maio de 2025, antes da bênção Urbi et Orbi, disse:
“Sou agostiniano, um filho de Santo Agostinho, que disse: «Com vocês sou cristão, e para vocês, bispo» (s. 340,1). Nesse sentido, podemos caminhar todos juntos rumo à pátria que Deus nos preparou.”
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Dez dias depois, no início do ministério petrino, afirmou:
“Saúdo a todos com o coração cheio de gratidão, no início do ministério que me foi confiado. Santo Agostinho escreveu: «Fizeste-nos para ti, Senhor, e o nosso coração está inquieto enquanto não repousa em ti» (Confissões, 1,1.1).”
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No dia 25 de maio, ao dirigir-se ao povo de Roma, reiterou sua disposição e serviço:
“Expresso o desejo e o compromisso de entrar neste vasto projeto colocando-me, na medida do possível, à escuta de todos, para aprender, compreender e decidir juntos: «cristão com vocês e bispo para vocês», como dizia Santo Agostinho.”
Neste blog, desejo compartilhar alguns traços evangélicos da espiritualidade agostiniana para que coloquemos no Senhor a nossa esperança e nos encorajemos mutuamente a caminhar unidos ao Papa Leão no seu serviço à Igreja e na construção da paz.