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Cosechando pan y Espíritu: Sobre la celebración de Pentecostés

*Tiempo de lectura: 3 minutos*

“Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes, y serán testigos míos en Jerusalén, Judea y Samaria, y hasta los confines del mundo.” (Hch 1, 8).

Las raíces judías

Pentecostés, del griego pentekoste y cuyo significado es “quincuagésimo”, es la festividad agrícola judía también conocida como la “Fiesta de las Semanas”, celebrada cincuenta días después de la Pascua, durante la cual, según el Antiguo Testamento, se recolectaban los primeros frutos de la cosecha de trigo.

Para el pueblo judío, la fiesta de Pentecostés adquirió con el tiempo también un valor conmemorativo, pues durante esta fiesta se evocan los acontecimientos más relevantes que siguieron al Éxodo, como el don de la Ley por parte de Dios a Moisés en el monte Sinaí y la celebración de la Alianza con su pueblo elegido.

La promesa cumplida de Jesús

De acuerdo con el Nuevo Testamento, en el marco de la celebración de la Pascua, Jesús exhortó a los apóstoles a no tener miedo ni a sentirse en soledad, pues prepararía un lugar para ellos en la casa del Padre, y enviaría al Consolador para que permaneciera a su lado para siempre.

Después de la Resurrección, Jesús se presentó a los apóstoles durante cuarenta días en los cuales les habló sobre múltiples cosas, y donde además les pidió que permanecieran en Jerusalén para recibir la fuerza prometida de Dios: “porque Juan bautizaba con agua, pero ustedes serán bautizados con Espíritu” (Hch 1, 4-5).

En el marco de la celebración judía de Pentecostés, mientras que los apóstoles se encontraban reunidos, un viento sopló fuertemente y lenguas como de fuego se posaron sobre cada uno de ellos. Fue así como el Espíritu Santo los llenó de poder a todos, bautizándolos y cumpliendo así con la promesa de Jesús.

Pentecostés para nuestra Iglesia, hoy

El día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y los facultó para hablar diferentes idiomas; por esta razón, fueron capaces de transmitir la Buena Noticia a tres mil personas en un solo día.

Este evento marca, entonces, el inicio de la misión evangelizadora de la Iglesia, pues otorgó el poder para extender el mensaje de Jesús a todos los rincones del mundo, demostrando que la Buena Noticia es universal.

Para los fieles católicos, Pentecostés es una celebración que nos permite reflexionar sobre la presencia continua del Espíritu Santo. En este día se renueva la conciencia de la acción del Espíritu en la vida de cada creyente, capacitándolos con dones espirituales para vivir una vida de fe y discipulado.

Pentecostés también nos invita a reflexionar sobre la importancia de la comunidad y la sinodalidad, entendiendo que la Iglesia se formó como un cuerpo unido en el Espíritu, que necesita acompañarse mutuamente en todo momento.

 

Si deseas conocer mucho más sobre el Espíritu Santo, sus dones y carismas; sobre Pentecostés y sobre cómo transformar tu vida a través del Espíritu vivificador, el siguiente material te seguramente te será de gran ayuda.

Que la celebración de Pentecostés sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en la comunidad cristiana.

 

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