*Tiempo de lectura: 2 minutos*
Con el corazón lleno de gratitud, recordamos hoy el legado del Papa Francisco (1936-2025), un pastor humilde que nos enseñó con su vida y sus palabras que el amor de Dios Padre-Madre no tiene fronteras. Su pontificado estuvo marcado por la compasión, la justicia y el llamado a construir una Iglesia más cercana y misericordiosa.
En honor a su memoria, desde Buena Prensa destacamos algunos puntos de su labor pastoral que nos dan pistas para crecer como Iglesia.
1. Una Iglesia para todos y todas
Desde el primer momento, el Papa Francisco nos recordó que la Iglesia es una “casa de puertas abiertas”, donde nadie debe sentirse excluido. Con gestos concretos —como lavar los pies a personas encarceladas, migrantes y personas con discapacidad— nos mostró que el servicio es el corazón del Evangelio en donde nadie queda excluido. De igual forma, propuso una Iglesia sinodal, invitando a la comunidad eclesial a profundizar en el diálogo, el discernimiento y la cercanía con las personas más necesitadas del mundo.
2. La misericordia y la esperanza como caminos
Con la Exhortación Amoris laetitia (2016), nos invitó a reflexionar sobre el amor en las familias, destacando la importancia del acompañamiento pastoral antes que el juicio. Además, con el Año Jubilar de la Misericordia (2015-2016), el Año de la Oración (2024) y el Jubileo de la Esperanza (2025), nos animó a experimentar el perdón y el amor de Dios, y a ser testimonio de ternura y esperanza en un mundo herido.
3. Defensa de los más vulnerables
Su voz fue clara al denunciar las injusticias sobre:
– Los pobres: “No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede ‘a un costado de la vida'” (Fratelli tutti, 2020).
– Los abusos en la Iglesia: Promovió medidas para proteger a las infancias, pedir perdón a las víctimas y reparar los daños causados.
– Los migrantes y refugiados: “No ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados” (Carta a obispos de Estados Unidos, 10 de febrero de 2025).
– Las víctimas de conflictos bélicos: Intercedió por el fin de ataques a poblaciones y comunidades de Gaza, Líbano, Siria, Yemen, entre otras.
4. Diálogo y unidad
Francisco trabajó por la unidad entre cristianos, acercándose a ortodoxos y protestantes, y fomentó el diálogo interreligioso, especialmente con el Islam y el Judaísmo. Su histórica frase “¿Quién soy yo para juzgar?” reflejó su deseo de una Iglesia que acoge y no condena.
5. Reforma y transparencia
Impulsó cambios en la Curia Romana (Praedicate evangelium, 2022) para hacerla más misionera, en salida, y promovió una economía al servicio de los pobres, criticando el consumismo y la inequidad (Fratelli tutti, 2020).
6. Cuidar de la casa común
El tema de la ecología fue un aspecto central en su labor pastoral, inspirado en san Francisco de Asís (Laudato si’, 2015) y la espiritualidad ignaciana (“Encontrar a Dios en todas las cosas”). Esta inquietud trascendió a la Iglesia y fue un punto de reflexión teológica y pastoral que abrió el camino hacia un diálogo más significativo con los pueblos y comunidades originarias de todo el mundo, cuya espiritualidad se identifica fuertemente con la naturaleza.
Un adiós con esperanza
Si bien hoy sentimos su partida, su mensaje sigue vivo: “Dios nunca se cansa de perdonar. Nunca” (Ángelus, 17 de marzo de 2013). Que su ejemplo nos impulse a llevar la alegría del Evangelio a cada rincón del mundo, respetando la naturaleza y luchando por la justicia que trae el Señor Jesús, a quien Francisco siguió fielmente.
¡Gracias, Papa Francisco, por recordarnos que la esperanza nunca defrauda!
¡Sigamos construyendo una Iglesia más cercana, justa y solidaria!