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¿Hasta dónde podemos llegar como creyentes en el servicio a los demás sin perjudicar nuestra propia salud y bienestar? ¿Qué es el burnout? ¿Cuáles son sus causas y efectos?
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¿Qué con el burnout?
El burnout, o síndrome del desgaste profesional, es un estado de agotamiento emocional, físico y mental que puede afectar a cualquier persona, incluyendo a los laicos comprometidos en la Iglesia y los sacerdotes o personas consagradas. Este fenómeno se caracteriza por una sensación de vacío, desilusión y falta de energía, que surge cuando las demandas del servicio a los demás superan los recursos personales.
Sus principales efectos
El burnout, o síndrome del desgaste profesional, es una realidad que afecta a muchas personas en la actualidad. Este fenómeno se caracteriza por un agotamiento emocional, físico y mental profundo, que puede llevar a una crisis personal si no se aborda de manera adecuada.
El burnout se manifiesta principalmente en los siguiente efectos en la persona:
- Agotamiento emocional: Se experimenta un cansancio crónico, tanto físico como emocional, debido a las demandas constantes del ambiente laboral, principalmente. La pérdida de energía y motivación afecta la capacidad de las personas para llevar a cabo sus tareas de manera efectiva.
- Despersonalización: Se desarrolla una actitud negativa hacia las personas que nos rodean y a quienes se trata como objetos. La persona busca distanciarse emocionalmente de los demás como mecanismo de defensa ante el estrés y el agotamiento.
- Baja realización personal: Se experimenta una sensación de fracaso y falta de satisfacción en el trabajo. Se pierde la ilusión y el sentido de propósito, lo que afecta el autoestima y bienestar general de la persona.
- Deterioro de la salud física y mental: El burnout puede manifestarse a través de problemas de salud física, como trastornos del sueño, dolores de cabeza y problemas digestivos, así como problemas de salud mental, como ansiedad y depresión.
- Deterioro de las relaciones interpersonales: Las actitudes negativas y el distanciamiento emocional pueden afectar las relaciones con la comunidad, con colegas, superiores y otros agentes sociales.
Causas del burnout desde la perspectiva creyente
- Altas demandas laborales: Las exigencias laborales constantes en lo profesional o pastoral, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo o la parroquia, pueden sobrecargar al creyente.
- Falta de apoyo: La ausencia de un entorno de apoyo, tanto a nivel personal como institucional, puede aumentar el riesgo de burnout.
- Inestabilidad laboral: La rotación frecuente de sacerdotes o la falta de claridad en las funciones de quienes prestan un servicio pastoral pueden generar incertidumbre y estrés, tanto a la comunidad creyente como a la vocación misma de las personas.
- Dificultades para establecer límites: La tendencia a asumir demasiadas responsabilidades y la dificultad para decir “no” pueden contribuir al agotamiento del laicado o de los sacerdotes y personas consagradas.
Es fundamental que la Iglesia reconozca la realidad del burnout y ofrezca los recursos necesarios para prevenirlo y tratarlo. Al cuidar de la salud y el bienestar de las comunidades, sacerdotes, laicado y agentes, la Iglesia garantiza una pastoral más efectiva y compasiva.
Porque también como creyentes nos quemamos
Al igual que el “buen samaritano desilusionado”, quienes experimentan burnout pueden sentir que han perdido la capacidad de ayudar a otros y de encontrar satisfacción en su labor pastoral. Es fundamental reconocer los signos de este síndrome y buscar apoyo para evitar que afecte nuestra capacidad de vivir nuestra fe de manera plena y significativa.
El buen samaritano, Vincent van Gogh (1890)
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