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Julio es un mes especial para las obras que están a cargo de la Compañía de Jesús, pues celebramos a san Ignacio de Loyola y su legado: la espiritualidad ignaciana. Por eso en este blog expondremos brevemente algunos de los aspectos más relevantes de esta espiritualidad en la actualidad y para sacar mayor provecho de ello.
1. Buscar y encontrar a Dios en todas las cosas
La espiritualidad ignaciana nos enseña a ver la presencia de Dios en todos los aspectos de la vida, incluyendo el mundo secular. Esto nos permite integrar nuestra fe con todas nuestras actividades diarias.
2. Reflexión que lleva a la gratitud y al servicio
A través de la reflexión y el examen de conciencia, la espiritualidad ignaciana nos lleva a una actitud de gratitud hacia Dios. Esto nos mueve a servirle a él y a los demás con nuestros talentos y acciones.
3. Fe que promueve la justicia
San Ignacio enfatizaba que la verdadera fe debe traducirse en acciones concretas que promuevan la justicia y la dignidad humana. La espiritualidad ignaciana nos llama a ser “contemplativos”, combinando la oración con el compromiso social.
4. Discernimiento y libertad
El discernimiento espiritual y la búsqueda de la libertad son pilares fundamentales de la espiritualidad ignaciana. Nos ayudan a tomar decisiones alineadas con la voluntad de Dios y a no dejarnos llevar por apegos desordenados.
5. Flexibilidad y adaptación
San Ignacio fue muy flexible para adaptar la espiritualidad a las necesidades de cada persona. Hoy en día, la espiritualidad ignaciana sigue siendo relevante porque se puede aplicar de manera análoga en diversos contextos, incluyendo ámbitos seculares.
En resumen…
La espiritualidad ignaciana es un camino fructífero y enriquecedor para buscar a Dios, crecer en gratitud, promover la justicia, discernir su voluntad y servir las diversas necesidades del mundo. Su visión integradora y encarnada la hace especialmente pertinente en el mundo actual.
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