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Las periferias existenciales son espacios humanos que abarcan no sólo lugares físicos, también realidades emocionales y espirituales. En este contexto, la Biblia se presenta como una fuente de esperanza y guía, invitándonos a reflexionar sobre nuestra propia condición y la de quienes nos rodean.
La imagen de un Dios cercano
Desde las historias del Antiguo Testamento hasta las enseñanzas de Jesús, la Biblia nos muestra a un Dios cercano a quienes son marginados: leprosos, pecadores, oprimidos, olvidados, hombres, mujeres, infancias.
Jesús, a través de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37), nos enseña que el amor trasciende fronteras sociales, llamándonos a actuar con compasión. Por otro lado, la figura del Buen Pastor (Jn 10, 9-16), que busca a sus ovejas perdidas, nos recuerda la importancia de reconocer a quienes sufren.
El buen samaritano(1890, óleo sobre lienzo de Vincent van Gogh
La misión de la Iglesia
La misión de la Iglesia es vivir el Evangelio mediante acciones concretas que promuevan la justicia y la fraternidad. Cada pequeño gesto de amor puede tener un impacto significativo en la vida de quienes están en el olvido. Al acercarnos a estas periferias (Papa Francisco), descubrimos nuestra propia humanidad y vulnerabilidad.
El lavatorio,
mural de Maximino Cerezo Barredo
Por último, al ser agentes de cambio, ya sea en nuestra familia, colonia, trabajo, parroquia, etcétera, llevamos el mensaje de amor y compasión a quienes más lo necesitan, convirtiendo las periferias en espacios de transformación religiosa, espiritual, cultural y social.
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